¿Qué se debe publicar en medicina?

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¿Qué se debe publicar en medicina? Interesante pregunta que da pie a reflexionar sobre lo que como médicos que desarrollan una especialidad tan amplia como es la Cirugía Plástica, Estética y Reparadora, debemos tener en cuenta para contribuir al desarrollo, difusión y divulgación de lo que hacemos y ofrecemos a la sociedad.

Cada vez cobra más impulso en Biomedicina la idea de que es necesario que se publique todo. Vemos datos publicados en su día con gran relevancia que, con el paso del tiempo dejan de tenerla, quedan relegados o son considerados como erróneos; pero ¿quién tiene la bola de cristal para adivinar lo que con el tiempo será trascendente para la ciencia? ¿O quién se cree con capacidad para juzgar y privar de publicación a algo que hoy parece poco importante pero que tal vez siente las bases de una nueva técnica o de los primeros datos de una futura incidencia de relieve?

Bajo esta premisa, las revistas científicas tienen como principal función servir de escaparate al desarrollo de la ciencia especializada. Se dirigen a un sector concreto de profesionales que a través de sus páginas exponen nuevas técnicas, recogen casuísticas de las que extraer conclusiones aplicables en la práctica, revisan el conocimiento sobre un tema y lo actualizan, presentan casos de especial relevancia, muestran datos de trabajos experimentales, e incluso intercambian opiniones a través de comentarios a artículos publicados o de cartas al director. En resumen, comparten ciencia. Su periodicidad y hoy en día, su continua actualización gracias a los modernos medios digitales y en línea, les confiere interesantes ventajas sobre el formato libro que con frecuencia queda rápidamente desactualizado al poco de su publicación.

Frente a la costumbre de creer que lo que hacemos en la práctica médica diaria no es interesante para ser publicado, que si los es necesita reunir muchos más casos o perfeccionar resultados, o que es más fácil contarlo en un congreso que escribirlo bajo un método científico y unas normas de publicación, el deber de las revistas médicas es incentivar a los autores para que presenten su trabajo por escrito, para que perdure y cuando gracias al reconocimiento y validación práctica de otros colegas se convierta en ciencia reconocida, el mérito llegue y quede constatado documentalmente. De lo contrario, dos hechos acechan siempre a la producción científica no escrita. Primero, que las palabras se las lleva el viento mientras que lo escrito queda; pueden ser además mal interpretadas y mal atribuidas. Segundo, que en ciencia muchas veces el reconocimiento no va a quien creó la idea, sino a quien la publicó primero. Ser reconocido como autor exige la publicación final por escrito.

Las primeras revistas médicas nacen en la segunda mitad del siglo XVII; concretamente Nouvelles decouvertes sur toutes les parties de la médicine se publica en París de 1679 a 1681. En Inglaterra aparece en 1684 Medicina Curios, y en España, en 1736, Varias disertaciones médicas, theórico-prácticas, anatómico-chirúrgicas y chymiopharmacéuticas, enunciadas y públicamente defendidas en la Real Sociedad de Sevilla. El periodo liberal de la década de 1770 en España da lugar al nacimiento en México de la primera publicación de Física y Medicina de América, incluso antes que en los EE.UU., titulada Mercurio Volante y publicada hasta 1773. En 1790 aparece en Cuba Papel Periódico de la Havana, revista de información general con contenido médico publicada hasta 1805, y en 1840 Repertorio Médico Habanero, la decana de las revistas médicas cubanas. En Brasil, aparecen algo más tarde, en el siglo XIX, con Propagador das Ciencias Médicas en 1827.

Una revista médica debe tener un marco específico, aspectos de interés y público objetivo. No solo sirve para difundir aportaciones novedosas sino también como marco de formación continuada entre los colegas a los que se dirige y se debe. Su comité editorial es garante de que la ciencia publicada por los autores se comunique de forma honesta y con el formato internacionalmente aceptado (el formato IMRAD: Introduction, Material and Methods, Results And Discusson); evita la duplicidad de investigaciones favoreciendo que los autores conozcan lo que están haciendo sus colegas; revisa y valida el método científico o estadístico empleado; mejora el estilo de redacción del texto y cuida la calidad y comprensión de imágenes, tablas y gráficos. A través de la revisión externa por expertos ("revisión por pares" o "iguales", peer review), dada hoy en día la extrema especialización de la medicina, se garantiza la calidad y fiabilidad de lo publicado. Finalmente será el tiempo y el uso que los lectores hagan de lo expuesto, lo que refrendará o no su calidad y utilidad.

Pero ¿cómo se aprende a publicar en medicina? Fundamentalmente con la práctica y la lectura de otros artículos publicados. Es ahí donde tiene gran influencia la experiencia vivida por el médico durante su formación universitaria y su posterior especialización. Si potenciamos el contacto de los futuros licenciados y especialistas con la publicación científica, ésta será un hábito y se integrará en la formación continuada que todo médico debe seguir en su vida profesional. Es una labor importante para tutores de residentes y jefes de Servicio: iniciar a las nuevas generaciones y mantener el hábito en el equipo para prestigiar al equipo y difundir el trabajo que realiza. También entre los profesionales del ámbito privado, para mantener su vínculo académico, garantizar su prestigio como comunicadores en congresos y cursos a través de la documentación escrita de lo que exponen y estimular a los que inician su camino fuera del ámbito hospitalario, puesto que verán que el desarrollo científico no solo se hace bajo el amparo institucional. Entre todos, contribuirán así a mantener la relevancia y prestigio de una especialidad médica y la formación continuada de sus profesionales.

Hemos de ver el proceso de publicación científica como un planteamiento común. Por parte de los autores al elegir bien la revista a la que dirigen sus trabajos. De los revisores externos al actuar con el máximo nivel de exigencia, pero también de comprensión hacia las intenciones y los medios del autor que expone su artículo a valoración, sin olvidar su labor formativa señalando reflexiones o mejoras que eleven la calidad del trabajo. Finalmente, del comité editorial de la revista al garantizar la comunicación entre autores y revisores, interpretar la valoración de estos últimos para sacar de ella lo positivo que incentive al autor a completar o mejorar su trabajo, asegurar la confidencialidad de los datos hasta su publicación final, y exigir la adaptación del artículo al formato de publicación.

Ni todo lo publicado en una revista médica supone un paso decisivo para la ciencia, ni será especialmente relevante para todos los que lo leen. En muchas ocasiones un artículo no es más que el primer contacto con la ciencia escrita de un profesional que muestra sus primeros pasos. Los trabajos publicados para algunos tendrán interés, otros considerarán que no aportan nada nuevo y muchos tal vez los critiquen duramente pensando que ellos lo hacen mejor. La única diferencia será que el autor que lo publicó se atrevió a someter su trabajo a la crítica o al reconocimiento de los demás, por escrito y con perpetuidad en el tiempo. La revista cuidará del formato del artículo, de la fiabilidad de sus datos y del interés o espacio que el tema pueda tener para el público al que se dirige. Los lectores harán lo demás, reproduciéndolo, citándolo u olvidándolo. Incluso cuando el comité editorial rechaza un trabajo, eso no quiere decir que éste no tenga calidad, solamente que tal vez el autor no supo contarlo bien, no se adaptó al formato o no eligió la revista adecuada.

Ante lo expuesto, ¿qué ofrece Cirugía Plástica Iberolatinoamericana como revista médica especializada?

  • Un marco óptimo de publicación científica para especialistas o profesionales relacionados con nuestro ámbito que quieran compartir experiencia y práctica dentro de una comunidad científica reconocida internacionalmente y en dos idiomas de gran difusión: español y/o portugués. A la facilidad de escribir en nuestro propio idioma se une una cultura común y un prestigio de nuestros especialistas que nos hace también objeto de consulta de los colegas anglosajones y de otras lenguas.

  • Un ámbito de difusión que, ayudado desde 2006 por un formato en línea a través de una de las más prestigiosas redes de comunicación biomédica, la red SciELO (Scientific Electronic Library On Line), cumple los parámetros ideales de difusión: acceso abierto y gratuito. La ciencia debe ser difundida de forma libre y con facilidad de acceso. Los estudios más actuales demuestran que los artículos disponibles en internet sin restricción de acceso, tienen mayor impacto y se citan antes. En nuestro caso, llegan también con facilidad a colegas de otras culturas y lenguas que gracias al resumen bilingüe (español-inglés o portugués-inglés) e incluso a los sistemas de traducción automática que la red ofrece, pueden consultar fácilmente nuestros contenidos.

  • Un historia de ya casi 40 años (se cumplirán en 2014) de publicación ininterrumpida. Con adaptación a todas las normas que le dan carácter de publicación internacional, la única de su ámbito, especialidad e idioma que se publica a nivel mundial; y también con adaptación de formato pasando desde la publicación en papel mantenida hasta la actualidad, al formato PDF disponible en la web de FILACP (www.ciplaslatin.com) desde 2002, y al formato en línea a través de SciELO desde 2006; estos dos últimos formatos se han unido desde finales del 2012 en una nueva web www.ciplaslatin.com desde la que la revista además completa toda la información necesaria a autores, lectores y público en general: quiénes somos, normas de redacción, instrucciones para envío de originales, acceso a consulta y petición de artículos publicados, información adicional sobre noticias de interés, libros, cursos y congresos, etc.

  • Presencia en los marcadores de impacto y visibilidad más actualizados (ver noticias recientes sobre impacto, índice h e inclusión en Web of Knowledge, publicadas en la web).

  • Una labor formativa en redacción de artículos científicos que mantenemos a través de las cartas de revisión enviadas a los autores (es nuestra norma nunca enviar un rechazo directo, sino una carta con las motivaciones que llevan a que el artículo, tal y como ha sido enviado, no pueda ser aceptado para publicación y las mejoras de formato o contenido que creemos necesario que el autor atienda para que el trabajo pueda ser nuevamente valorado). También, a través de presentaciones sobre la importancia de la publicación científica en español iniciadas hace ya 10 años desde la dirección de la revista en cursos y congresos, tanto del ámbito internacional de FILACP como de las Sociedades Nacionales que la componen. Y finalmente, con un nuevo proyecto a través de cursos de redacción de artículos científicos cuya primera edición se llevará a cabo en 2014 en España, en dos ediciones previstas para enero y junio, en colaboración con instituciones científico-sanitarias relevantes que nos aportarán profesores especializados en la materia y que esperamos logren el éxito previsto para poder ser desarrollados posteriormente en otros países del ámbito de FILACP bajo los auspicios de sus correspondientes Sociedades Nacionales.

Toda la información al respecto estará disponible desde septiembre del 2013 en la web de la Revista Iberolatinoamericana de Cirugía Plástica www.ciplaslatin.com

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